Dices al mundo entero que cuando una pareja rompe hay que escuchar las dos partes, las dos versiones… Pero tĂş sabes que lo dices porque es la Ăşnica forma que se te ocurre para poder mirarte al espejo, porque necesitas dormir en paz y no hay almohada más suave que la de tener la conciencia tranquila. Precisas inventar excusas, hablar de versiones, justificar la tuya…

Seguramente las veces que la arrastraste por el pasillo de casa simplemente se lo merecĂ­a por querer salir de allĂ­ y no seguir contigo, o por haberse quedado hablando con un compañero de trabajo y volver 20 minutos despuĂ©s de tu “toque de queda”, o por resistirse a darte su clave del telĂ©fono, o por haber puesto una foto de perfil de whatsapp que a ti no te convencĂ­a, o por haber respondido a alguno de sus amigos sin que tĂş hubieras dado previamente el ok a esa respuesta …

Probablemente el dĂ­a que le metiste la cabeza en el váter sĂłlo pretendĂ­as ayudarla a superar sus miedos e inseguridades y sobrevivir a aquello podĂ­a ser un buen comienzo para ella…

Quizás cuando exhausta de discutir contigo se metĂ­a en la cama e intentaba obviar esa taquicardia y conciliar el sueño, tĂş le encendĂ­as la luz, le abrĂ­as la ventana, le arrancabas el pijama, le quitabas el nĂłrdico, la dejabas desnuda…Quizás ella no entendĂ­a que solamente te apetecĂ­a jugar a humillarla, hacerla inmune al crudo frĂ­o invernal (era sĂłlo tu terapia de choque para ayudarla a combatirlo).

Cuando se ponĂ­a testaruda e intentaba una vez más dejarte y salir corriendo por la puerta de casa, tĂş hacĂ­as añicos su maleta, la volvĂ­as a arrastrar por el pelo, le pegabas todos los golpes necesarios hasta poder encerrarla en el garaje, dejarla allĂ­ llorando desconsolada, sin telĂ©fono, totalmente desprotegida…Tal vez fue una torpe y no supo entender que no podĂ­a chillarte en vuestras discusiones y «llevarte al lĂ­mite», no podĂ­a provocarte porque a las niñas que se portan mal hay que castigarlas. Y encerrarlas en casa no es suficiente, el garaje es más inhĂłspito y efectivo…

Que te levantaras de madrugada (mientras ella dormĂ­a)  y le quitaras el telĂ©fono para acceder a todas sus conversaciones e instalarte ese programa que te reenviarĂ­a todos sus whatsapp al tuyo era sĂłlo para demostrarle que en las parejas que se aman de la manera que tĂş la amabas a ella, los secretos no tienen cabida…, ÂżcĂłmo no supo valorarlo?

Que involucraras a la gente importante para ella con mentiras o «verdades a medias” era simplemente un intento bienintencionado por tu parte para que esas relaciones de cariño sincero se vieran más reforzadas tras la adversidad.

Que ella jamás fuera capaz de verbalizar ni ante ti ni ante nadie el daño que le estabas haciendo era lo mínimo, tenía q pagar un peaje a haber sido tu apuesta.

Ahora imagino que cuando despuĂ©s de maltratarla la veĂ­as llorando desesperada recurrir a los ansiolĂ­ticos, tĂş se los tirabas al contenedor solamente porque querĂ­as ayudarla en su proceso de desintoxicaciĂłn…

Ahora que ha podido intuir tu versiĂłn, entenderlo todo un poco mejor y ha conseguido (con mucha ayuda) empatizar contigo, ahora es FELIZ. Gracias por no quitarle la vida, tenĂ­a mucho que regalarle y ella aĂşn quiere seguir viviendo cada dĂ­a. Es optimista y está segura de que ya nunca más tendrá al frente a un guerrero de tu talla…

Así que, a todos aquellos que habláis de versiones, sólo deciros que es inútil, al final el Karma no tiene menú, os servirá lo que MERECÉIS.

“Ya se fue, y en mi casa ha vuelto el olor a verano, vuelvo a no tener agenda y a beber en fuentes ajenas cada vez que salgo…”

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