
âHumanidad: Sensibilidad, bondad, compasiĂłn hacia los semejantesâ
AsĂ es como el diccionario define el tĂ©rmino. No obstante, de dĂłnde encontrarla ni a quiĂ©n se le atribuye no da referencias. Porque ignorante de mi, estoy descubriendo a estas alturas de la vida que quizĂĄs âhumanidadâ no viene de âhumanoâ sino probablemente de âinhumanoâ, todo lo contrario. Pero obviamente, si la acepciĂłn existe es porque el significado, en algĂșn lugar tambiĂ©n tiene cabida. Pues no sĂ©, tal vez el aura de Marte (que no conocemos) desprenda âhumanidadâ, o quizĂĄs sea que la luna brilla cada noche porque irradia âhumanidadâ, o simplemente la âhumanidadâ forme parte de toda esa infinidad de teorĂas cientĂficas que desconozco, pero aĂșn asĂ, no me consuela. Porque no sĂ© dĂłnde se halla pero desde luego no es aquĂ en el mundo en el que vivo donde la definiciĂłn toma forma ni cobra sentido con frecuencia.
Y de antemano soy consciente, yo esto tambiĂ©n lo siento. Escribir estas lĂneas desgraciadamente no va a cambiar nada, pero no escribirlas me hace ruido, ruido alto.
Y es que en un mundo vestido de âhumanidadâ nadie sube a sus hijos a una patera a menos que el agua sea mĂĄs segura que la tierra.
En un mundo vestido de âhumanidadâ no se golpea, insulta ni humilla a los ancianos sino que se les quiere con toda la fuerza hasta que se van y los echas tanto de menos que te das cuenta que toda la fuerza con la que los querĂas no era TODA, porque los extrañas con mĂĄs fuerza aĂșn.
En un mundo vestido de âhumanidadâ no se juzga a quien ama tanto que demuestra que SĂ hay amores que matan. Pero es que morir no es el mĂĄs grande de los males sino anhelarlo y no poder hacerlo. Porque yo lo tengo claro: cuando la vida es muerte, LA MUERTE ES VIDA mĂĄs que nunca. ÂĄY quĂ© valiente y generoso ha de ser aquel que te ama y aĂșn asĂ te prepara la maleta sabiendo que ya no tendrĂĄ que deshacĂ©rtela nunca mĂĄs!.
En un mundo vestido de âhumanidadâ sĂłlo los tacones pueden lastimar a las mujeres. Ni golpes que duelan, ni palabras que hieran ni asesinos que maten.
En un mundo vestido de âhumanidadâ no existen cursos en los que se instruya para cambiar la orientaciĂłn sexual sino que se entiende y respeta la diversidad mundial.
En un mundo vestido de âhumanidadâ no preocupa el fajĂn que viste la Virgen en Semana Santa, sino que quien preocupa es aquel que no tiene con quĂ© vestirse.
Porque en un mundo vestido de âhumanidadâ es imposible que la mitad de Ă©ste pase hambre mientras los polĂticos prometen construir puentes donde ni tan siquiera hay rĂos.
En un mundo vestido de âhumanidadâ suenan disparos porque fracasa el lenguaje.
En un mundo vestido de âhumanidadâ no se lucha por paĂses ni banderas, sino por romper las barreras.
Y es que al final hemos aprendido a volar como los pĂĄjaros, a nadar como los peces pero lamentablemente veo lo mismo que veĂa El Principito en su dĂa:
VEO HUMANOS PERO NO VEO HUMANIDAD.
![]()
